Aquí tenemos el detalle de un Peugeot 407 SW con rozaduras en el faldón trasero.
Aunque no lo parezca, no está dañada la propia pintura del vehículo sino que son los restos de un golpe y/o rozadura, de modo que se puede efectuar un pulido concienzudo que dejó en muy buen estado la pieza.
Si hubiera llegado a haber pérdida de material habría sido necesario un desmontaje completo.
Este Honda Accord recibió un fuerte golpe en una posición poco frecuente, aunque el causante es más «frecuente» de lo que se podría pensar. Algunos bolardos son muy bajos, lo que dificulta que se vean como debería ser.
Como se ve en las fotos, además del faldón delantero la aleta izquierda también sufrió daños.
El cliente decidió aprovechar la reparación para dar un repaso al capó delantero y unos retoques a la aleta derecha que tenía rozaduras en la zona cercana al paso de rueda.
Los coches en colores claros, y no digamos en blanco, muestran con mucha facilidad los roces debido a que el núcleo interior de la pieza plástica suele ser de color negro.
En muchas ocasiones nosotros no hemos sido los culpables, pero el efecto nos lo quedamos.
Os muestro el «antes» y el «después» de un faldón trasero de un taxi.
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